Recuerdos del Pilar

Hoy publicamos la reseña del curso 1917-1918 relativa a las actividades que se realizaban para ayudar al Colegio de Nuestra Señora del Pilar de Urakami en Japón. La crónica es simplemente deliciosa:

Propagación de la fe.

¿Por qué volver a hablar de ello? Porque no desmaya el entusiasmo por una obra tan admirable y para que viendo como cada año supera al anterior se acreciente todavía el cariño por este género de apostolado. Ahí es nada recibir la recompensa del apóstol por una vil calderilla.

Este año, dicho sea sin vanidad, ha puesto el inri a los anteriores. La recaudación buena, como se verá en el detalle de ingresos y gastos que se consigna más arriba. Echemos un poco de incienso a todos anónimamente, pero si hubiera que detallar expondríamos a algunos a un acceso de vanidad y a otros… pero yo soy un cronista neutral y eso de distribuir alabanzas y censuras por muy discreto que ello sea, no me incumbe. 

Este año hubo tómbola y aunque los objetos no llevaban el saborcillo japonés de otros anteriores, despertaban, sin embargo, el apetito. Que lo digan sino los pelotones y la raqueta que tenían la propiedad de agrupar a buen golpe de inteligentes, que ponderaban sus excelentes condiciones y que los resobaron más de la cuenta. Se vendieron trescientas tres series, lo que dió otros tantos duretes contantes y sonantes de ingreso bruto. No se despacharon más porque dada la rapacidad del público y la diligencia de los revendedores – y eso que no iban a la parte -, a estas horas andaríamos todavía buscando artículos para nuevas series. Desde aquí me encargan exprese el agradecimiento del Director de la Propagación a los corredores tan activos. Mil gracias también en nombre de nuestros favorecidos del Japón a las muchas personas que contribuyeron espléndidamente al mejor resultado de la tómbola con sus donativos. Particularmente nos permitimos nombrar a la señora de D. Gregorio del Amo, bien conocida de nuestros profesores por su bondad, que aumentó los beneficios con 125 pesetas. ¿Cómo no hacer constar también la esplendidez de nuestra sociedad de foot-ball – no asustarse que no se trata de pitorreo – que se descolgó con un magnífico y flamante pelotón? Los cultivadores del músculo merecen un aplauso que resuene en el Japón. 

Gracias a Dios que el correo del cielo tiene empleados inteligentes que no pretenden reventar al público. Pobres de nosotros si así fuera. ¡Cuánta comunicación extraviada! Nuestro favorecido del año pasado ya terminó en la Escuela Apostólica. Se habrá vuelto tarumba el angelito encargado de llevar nuestras oraciones en forma de auxilios espirituales. En fin, ya hemos quedado en que los carteros de la gloria no tienen pelo de tontos y saben japonés. De todos modos, para ahorrarles este suplemento de trabajo, – sobre todo en el caso de que no les paguen horas extraordinarias – en adelante han de dirigir ustedes sus misivas a los Sres. Domingo Tokunaga y Juan Ogawa, que son los nuevos apostólicos a cargo del Colegio de Nuestra Señora del Pilar.

Nos han mandado una carta para desearnos feliz entrada y salida de año. Entre otras cosas piden a Dios nos conceda buena salud, larga vida y toda clase de bendiciones. Como Dios escucha siempre a los corazones agradecidos que siempre corresponden a almas limpias y hermosas, esperamos que esas peticiones se conviertan en realidades. De paso quisiera yo que algún que otro conmilitón de 6º año viera la caligrafía y el francés impecable de los dos nipones. 

Termino dando las gracias a todos los alumnos puesto que todos han contribuido al buen estado económico de la obra. Me permito recordarles, sin embargo, que hay otros ingresos que se recaudan en el cielo y a los antiguos que no se crean ya totalmente desligados de la obra. En cada visita pueden sacudir un poco el bolsillo.

BALANCE DE LA PROPAGACIÓN DE LA FE

CURSO 1917-1918

En caja: 2173,10 – 2150,00 = 23,10