Efectivamente, aunque pueda sorprender a nuestros lectores, así es. Hace unos meses, mientras buscaba información acerca del que fuera durante veintitrés años profesor del colegio, D. Fidel Fuidio y de otros marianistas asesinados durante la Guerra Civil, me topé con un dato curioso: D. Fidel está representado en el mosaico que el artista catalán Santiago Padrós realizó para decorar la cúpula de la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.

Cualquiera que haya podido visitar este santo lugar habrá reparado en el espectacular mosaico, que constituye en sí mismo toda una lección de teología. No me voy a extender ahora en explicar a los lectores la compleja y elaborada iconografía representada en la obra, pero baste decir que tres grandes grupos ascienden hacia la Gloria representada por un Cristo Pantocrator: los santos mártires, capitaneados por San Pablo; los confesores, dirigidos por Santiago; y los caídos en la contienda, militares y civiles, conducidos por la Santísima Virgen.

Es en el segundo de estos grupos en el que aparece representado el Beato Fidel Fuidio. Concretamente, según me informó D. Pablo Linares, presidente de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, su rostro se utilizó como modelo para representar a San Francisco Javier. Sin embargo, hay otro rostro en el mismo mosaico que a mí, personalmente me resulta más parecido al del beato; se trata de un enigmático rostro no identificado y que está representado junto a San Vicente Ferrer. Así que juzguen ustedes mismos.

Se preguntarán también ustedes por qué es precisamente D. Fidel quién está dibujado en el mosaico y no cualquier otro de los mártires marianistas de la Cruzada. Es posible que esta circunstancia se deba a que los restos mortales de nuestro profesor se encuentran enterrados en la cripta del Valle de los Caídos junto a los de otro religioso de la Compañía de María, el Beato D. Jesús Hita. Exactamente, en la capilla del Santo Sepulcro, nicho 4º, columbario 2480.

Aunque quizás la explicación sea otra, bien diferente. Sabiendo la activa participación que en el diseño del monumento a la reconciliación tuvo el arquitecto y pilarista Luis Moya Blanco [1] y la veneración que sentía hacia Don Fidel [2], a quien le debía el nacimiento de su vocación por la arquitectura, no es de extrañar que utilizara sus influencias en el proyecto para que los restos de ambos mártires fueran trasladados a la basílica y para que, en el caso de su mentor, fuera representado en el mosaico de la cúpula entre los santos que ascienden a la Gloria. En cierto modo, era una forma de saldar su deuda de gratitud con su maestro.

Hay un tercer factor a tener en cuenta. Tal y como me explicó el Padre Enrique Torres S.M., la idea de representar al beato marianista en la cúpula surgió del pilarista Diego Méndez [3], gran amigo del Padre Francisco Armentia S.M., a quien le contó esta historia. Cuando Diego Méndez, se hizo cargo de las obras del Valle de los Caídos, no pudo dejar pasar la oportunidad de representar a su profesor entre los principales santos españoles. Por lo tanto, sería esta tercera posibilidad la más plausible a la hora de explicar quien fue el principal impulsor de la presencia de Fidel Fuidio en el mosaico de la cúpula.

Por último, recordar también la labor del Ingeniero de Caminos Ignacio Vivanco Bergamín de la promoción de 1932. Él fue el principal responsable de resolver los problemas estructurales que suponía la construcción de la mayor cruz de la cristiandad.
Así que les animo a que visiten este monumento único en la cristiandad y a que recen por el eterno descanso de los 55 beatos, 13 siervos de Dios y más de 30.000 compatriotas de uno y otro bando.

Notas del editor:
- Luis Moya Blanco (1904-1990): Promoción de 1919. Arquitecto. Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Director de la Escuela de Arquitectura. Entre sus numerosas obras podemos destacar el Museo de América, la Iglesia y el Colegio de Santa María del Pilar de Madrid, el Colegio Mayor Chaminade o el pabellón del patio norte del Colegio de Nuestra Señora del Pilar de Madrid. Junto a Enrique Huidobro y Manuel Thomas, elaboró un proyecto para la cruz del Valle de los Caídos que fue premiado con el primer premio del jurado en 1943. Ya antes, durante su reclusión en la Guerra Civil, había estado trabajando en un proyecto al que llamó «Sueño arquitectónico para una exaltación nacional«.
- Ver en este mismo blog la entrada Un niño grande
- Diego Méndez González (1906-1986): Promoción de 1922. Arquitecto. Fue alumno de Pedro Muguruza, con quien comenzó a colaborar en proyectos arquitectónicos a partir de 1932. En el verano de 1939 se encargó de la restauración del Castillo de Viñuelas, cercano a Madrid, que sería empleado como residencia provisional de Francisco Franco y su familia. Poco después emprendió la reconstrucción del Palacio del Pardo. Posteriormente, fue nombrado Consejero de Arquitectura de Patrimonio Nacional, desde donde dirigió la reconstrucción del Palacio de La Granja, Palacio Real de Aranjuez, Palacio Real de Riofrío, Palacio de La Moncloa, Palacio de la Zarzuela, los Reales Alcázares de Sevilla; el Monasterio de El Escorial y el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. Dio forma definitiva al proyecto del Valle de los Caídos, cuyo proceso de construcción describió ampliamente en su libro El Valle de los Caídos: idea, proyecto, construcción, publicado en 1982. (Fuente: Wikipedia).
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