De esta manera titulaba La Construcción Moderna el artículo que en su número del 30 de abril de 1921 le dedicaba al edificio recientemente adquirido por la Compañía de María. Como ya vimos en Una propuesta inesperada la adquisición del nuevo inmueble -después de superar todos los obstáculos- fue realmente algo providencial.

Para los curiosos, os dejo el enlace al número completo de la revista. Espero que os resulte interesante el artículo.

El nuevo Colegio de los Marianistas en Madrid


El hermoso edificio que hace ya quince años comenzó a levantarse en el barrio de Salamanca, a expensas de una opulenta y caritativa dama española, la ilustre duquesa de Sevillano, condesa de la Vega del Pozo, va al fin a inaugurarse en el próximo mayo, aunque con aplicación distinta a la de servir de asilo para el que su noble fundadora lo construyera, con una esplendidez pocas veces igualada.

En un solar de 13.000 metros cuadrados de superficie, que forma amplia manzana, con fachadas a Príncipe de Vergara, Castelló, Ayala y Don Ramón de la Cruz, se ha levantado el aludido edificio, que tiene en planta la forma de E, y más bien parece un grupo de pabellones unidos por galerías acristaladas de enlace. Tres construcciones aisladas que se destinaban a escuela pública, portería y enfermería de infecciosos, completan ese establecimiento, que por la belleza arquitectónica de sus líneas, riqueza de las fachadas (de sillería en gran parte y mampostería concertada el resto), suntuosidad de la decoración interior en muchas de sus piezas, y verdadero lujo en pavimentos, carpintería, servicios sanitarios, etc., más parecía destinado a residencia de clases halagadas por la fortuna, que a albergue de desvalidos y menesterosos.

Vista general desde Príncipe de Vergara.
Vista general desde Príncipe de Vergara.

Dos meses faltaban para habitarse el edificio, obra que enaltece al arquitecto Sr. Aníbal Álvarez que lo proyectó y construyó, cuando inesperadamente desapareció del mundo la duquesa de Sevillano, que al morir sin testamento que sirviera de base al reparto de su cuantiosa fortuna, hizo imposible la inauguración del asilo, que quedó sin dotar para su sostenimiento. Ventilado el pleito de sucesión hereditaria, quedó el asilo adjudicado pro indiviso, y los herederos, que pensaron en un principio en regalarlo al Estado, han optado después por… venderlo a los Hermanos Marianistas en la cifra de tres millones de pesetas, a percibir en largo plazo, que si dista mucho seguramente del coste del edificio, y más, de su valor actual, permite en cambio deshacerse de un inmueble de muy difícil explotación en renta.

Vista general desde Castelló.
Vista general desde Castelló.

Los Marianistas tienen actualmente los colegios de niños de primera y segunda enseñanza en dos edificios unidos y habilitados para dicho fin en las calles de Goya y Claudio Coello, y es tal el crédito alcanzado, que pasan de 1.000 los alumnos que en ellos reciben enseñanza, y se cuentan por cientos los que esperan el turno para su ingreso, que forzosamente han de limitar por la capacidad de los locales.

Vista desde Ayala.
Vista desde Ayala.

Al adquirir los Marianistas el espléndido inmueble, del que dan idea los fotograbados adjuntos, podrá casi duplicarse el total de alumnos, al mismo tiempo que mejoran notablemente las condiciones para desarrollar los modernos métodos pedagógicos, toda vez que el nuevo establecimiento dispone de un amplísimo patio central, de un extenso jardín que circunvala los pabellones, de numerosos locales para instalar magníficamente gimnasio, comedores, salas de estudio, lavabos y servicios sanitarios, etc., etc.

Una galería.
Una galería.

Las obras de adaptación que ha exigido el cambio de destino del edificio se llevan a cabo con gran actividad, dirigiéndolas el propio arquitecto que lo proyectó y construyó. Estas obras son bastante amplias, suponiendo algunos cientos de miles de pesetas, pues el no establecerse en el Colegio el internado, obliga a modificar todos los antiguos dormitorios, precisando además otras reformas tan importantes como la transformación en capilla para adultos de un salón magníficamente decorado que se dedicaba a sala de actos, con lo que la verdadera capilla existente queda tan sólo para los párvulos, permitiéndose también el acceso al público por una puerta independiente que da a la calle del Príncipe de Vergara.

Salón de actos.
Salón de actos.

Madrid puede felicitarse de que no quede sin utilización apropiada el magnífico edificio, costeado por la caridad inagotable de la duquesa de Sevillano, y de poder contar con un establecimiento docente de la magnificencia del nuevo Colegio de los Marianistas, a los que sinceramente felicitamos por el acierto de su decisión al establecerse en esta corte en tan magníficas condiciones para el mejor logro de su culta y provechosa finalidad,

E. G.