Esta semana comparto con vosotros la crónica de las conferencias que se impartieron en el curso 1917-1918 por parte de los profesores, padres de alumnos y personalidades destacadas de la época. Estas conferencias complementaban la educación de los alumnos y tuvieron lugar durante décadas:

CONFERENCIAS 

Continuaron este curso las conferencias inauguradas en el año escolar 1915-1916 con el mismo brillante éxito de siempre. 

Siete temas fueron tratados en las ocho conferencias de este curso. Pocas a gusto de los alumnos, bastantes si se tiene en cuenta que no hay que prodigar lo bueno y que hubo que suspender alguna que otra por falta de fluido eléctrico. A continuación hacemos una breve reseña de ellas. 

1.ª y 2.ª- El ilustrado Ingeniero de la «Compañía Metropolitano Alfonso XIII», Sr Mendoza [1] inauguró la serie de las conferencias, explicando los procedimientos de construcción que se emplean en este género de trabajos. Expuso clarísimamente las ventajas que la nueva vía de transporte habrá de producir para la circulación, para el coste de las viviendas y las consecuencias sociales que ella habrá de determinar. 

Si a lo interesante del asunto se une la forma amena empleada y la expresión clarísima de las ideas, se comprende el éxito que tuvo el conferenciante. 

Dividió su trabajo en dos partes y en el final de la segunda hizo una hermosísima excitación a la vida de trabajo -«una oración» como la llamó el Sr. Mendoza- verdaderamente animadora y en sentido muy cristiano. 

La 3.ª conferencia estuvo a cargo del Director del Colegio. Trató en ella de los Microbios y estuvo ilustrada con proyecciones de placas suministradas por el Dr. Blanc. 

Describió el mundo interesantísimo de los infinitamente pequeños, colosal a pesar de la menudencia de sus ciudadanos, las hecatombes espantosas que en él tienen lugar (iqué vale la guerra europea!) sus trabajos gigantescos, su división en partidarios del bien y del mal (como los hombres), sus costumbres, etc. 

Fué dicha en estilo llano, con matices de fina ironía. 

Por espíritu de justicia yo debiera hacer elogios de esta conferencia. Por tratarse del Director no los hago, tengo miedo al qué diran. 

4.ª Correspondió al Dr. Reyes [2], al simpático Dr. Reyes, al eminente naturalista a quien se profesa un cariño particular en el colegio. Me voy a ir por los cerros de Ubeda, pero lo que es ahora no me voy a morder la lengua y le voy a dar un bombo mediano, que aunque valga poco por venirde donde viene, de seguro le ha de gustar mucho por ser sincero y por salir del alma. 

El Dr. Reyes es un gran naturalista, ¿quién no lo sabe?; pero es algo más, es un hombre de bien y un gran patriota. Yo no sé cosa mayor de sus trabajos científicos, aunque sí sé que los aprecian las eminencias extranjeras más quizá que en España; lo que sé de un modo cierto es que en su labor rudísima, practicada por esas estepas de Dios, ha tenido bastante que sufrir el frío y el calor, y otras muchas cosas que, de no tener una constitución hercúlea, hubiera dejado pedazos de existencia en su tarea de aumentar el solar español con muchos kilómetros cuadrados de tierras desérticas que pueden llegar a ser de buen rendimiento para la riqueza agrícola de España; sé también, que siete pueblos de labradores le deben su existencia y que el pan que comen no han ido a mendigarlo fuera de la madre patria a tierras de emigración donde el pan sabe más amargo y no siempre es más abundante. 

Todavía hay justicia en el mundo. Al Dr. Reyes se le ha concedido la gran Cruz de Isabel la Católica. El Monarca, demostrando el alto aprecio que hace de sus trabajos y la simpatía que le inspira su persona, se ha brindado a costear las insignias. 

El Colegio, que quiere manifestar al sabio naturalista el agradecimiento que le profesa por el cariño que le muestra y por las hermosas conferencias que de él ha oído y de las que piensa aún oir, quiere tomar parte en este homenaje y ha contribuído a satisfacer el importe de los derechos reales, por suscripción entre los alumnos de las últimas clases. 

Para manifestarnos el aprecio que hace de esta distinción el doctor que es muy reacio a recompensas oficiales nos relataba el hecho siguiente: 

El Barón von Müller, jefe del jardín Botánico de Melbourne (Australia) había mandado al Botánico de Madrid cuatro ejemplares de helechos arbóreos al cuidado de personal experto, expedición que le costó 7.000 pts. D. Miguel Colmeiro, Director del Botánico de Madrid, obtuvo para el sabio Barón la Cruz de Carlos III. Al anuncio de esta concesión contestó von Müller: «Carlos III ha sido uno de los más grandes monarcas de España; pero mucho más grande ha sido Isabel la Católica; aun cuando desapareciera España y Europa, nunca podría perderse la memoria de la gran Reina. Ruego se me conceda la cruz sencilla de Isabel la Católica que es la mayor recompensa que puedo ambicionar». [3]

El Dr. Reyes ha recibido su propuesta con los mismos sentimientos. 

Para ser completo añadiré que todo esto me lo ha contado un profesor en particular, pero todos teníamos noticias de los méritos del Dr. Reyes, porque más de una vez los hemos oído exponer en clase de Historia Natural.

Volvamos a la conferencia. 

A esta conferencia asistieron los más autorizados representantes del deporte foot-ballístico en Madrid, Sres. Ruete, Pajares, Rojas, Rubryk y los afamados jugadores, antiguos alumnos de los Marianistas: Sres. Machimbarrena, Sasinenea, Olarquiaga, Mieg y Manzanedo, los cuales tuvieron la bondad de dar realce al acto de imposición de las medallas y de aceptar la comida que les ofreció el Colegio. 

Fue una conferencia muy original.

Celebrábase el triunfo de los campeones del match de foot-ball del Centenario y la conferencia versó sobre el deporte, pero el Dr. Reyes no olvida sus estudios y nos presentó a los insectos deportistas. ¡Ríanse ustedes de atletas, foot-ballistas y demás cultivadores del músculo! Hacen el ridículo delante de esos acróbatas que Dios ha formado y que andan por esos mundos, levantando cargas enormes, dando saltos prodigiosos y realizando volteretas inverosímiles. Fué una conferencia que tuvo un gran éxito. 

5.ª El profesor de Física disertó sobre aviación. ¡Qué cosa más sencilla es el volar! ¿No habéis lanzado una cometa? pues eso mismo es un aeroplano. Eso mismo… pero algo distinto. 

Explicó la actuación de las diversas fuerzas que entran en la aviación, dió las nociones necesarias sobre superficies sustentadoras, aparatos de dirección, motores y hélices. 

Al final comunicó detalles históricos, citando aviadores que recibieron su primera y segunda enseñanza en Colegios de Marianistas. 

Esta conferencia fué pronunciada en tono familiar y resultó muy amena y tan convincente que al final de ella cada uno de nosotros volaba… en el aeroplano de su fantasía. 

6.ª La del profesor de Filosofía fué bien diferente de las anteriores. Olvidándose por un momento de las abstracciones metafísicas, disertó en su conferencia sobre puntos relacionados con la benemérita Orden fundada por el R. P. Guillermo José Chaminade. 

Después de una introducción histórica acerca de la Compañía de María, nos llevó a las cinco partes del mundo a visitar edificios y personas que se relacionan con la Congregación de los Marianistas. Nos convidó a un viaje muy agradable con ocasión del Centenario de la Compañía de María. 

Además de lo agradable de los temas, tuvo esta conferencia el atractivo que sabe imprimir este profesor a todos los asuntos que trata. 

7.ª Del Dr. Udaeta. De microbiología. 

Nuevamente penetramos en ese mundo de lo infinitamente pequeño, pero como ya nos han presentado a sus minúsculos moradores y tenemos algún trato con ellos, el Dr. Udaeta nos ofrece los medios más novísimos de la ciencia médica, en la que él es maestro, para librarnos de tan molestos prójimos. 

Hablando de los progresos de la ciencia moderna y de ciertos procedimientos de antisepsia nos expuso verdaderos prodigios de la cirugía. 

No tengo necesidad de afirmar que estuvo interesantisimo. Básteme decir que estábamos boquiabiertos escuchando cosas de galenos a pesar de algunos términos de la jerga patológica. 

8.ª y última conferencia. Completamente cinematográfica y de carácter científico. Los asuntos fueron varios y el operador el Sr. Soto [4], tan amable y atento siempre con este Colegio del Pilar. Las películas fueron cedidas gratuitamente por el Sr. D. José Mª. Gay. 

Fué una sesión entretenidísima e instructiva.

Y aquí doy fin a lo que se me encomendó. Quisiera haber dado siquiera una idea de estas conferencias que iay! no volverán para algunos de nosotros, (yo entre ellos). 

José-Ignacio Hervada (6.º año.) [5]

25 Abril 1918.

Notas del editor

  1. Carlos Mendoza y Sáez de Argandoña (1872-1950): Fue un famoso ingeniero español de brillante carrera que participó junto a Otamendi y González Echarte en la construcción del metro de Madrid. Las empresas creadas por Mendoza serían el germen de la actual Endesa.
  2. Eduardo de los Reyes Prosper (1860-1921): Catedrático de botánica y eminente naturalista español.
  3. Para poder entender esta anécdota hay que tener en cuenta que la Orden de Carlos III es la más alta condecoración española, por delante de la Orden de Isabel la Católica.
  4. Pedro Nolasco de Soto: Para saber más consultar el artículo de este mismo blog,  Un pionero olvidado.
  5. José Ignacio Hervada Díaz de la Sala (Madrid 1902- Roma 1949): Promoción de 1918. Arquitecto y arqueólogo español. Es famosa su participación en las excavaciones de Delos.