Corría el año 1956 cuando el Soy Pilarista, que este año cumple su 75 aniversario, entrevistaba a dos jóvenes novicios en la casa de Carabanchel. La próxima semana celebraremos la festividad de San José, patrono del seminario, y me ha parecido una buena ocasión para rogar por las vocaciones marianistas que tanta falta nos hacen.
Transcribo a continuación el texto publicado y las entrevistas al que luego sería el Padre Jesús Bringas, fallecido en 2011; y al Padre Enrique Torres, de cuya compañía afortunadamente seguimos gozando en el colegio. Sirva este artículo como homenaje a todos los marianistas que aún siguen velando en el mundo por la obra de la Compañía de María.
Pilaristas en Carabanchel
Casa de estudios de los Marianistas. Allí preparan sus estudios oficiales casi un centenar de jóvenes que, en un mañana muy próximo, se repartirán por los diversos colegios de España como profesores. Ambiente de paz, de sosiego, muy propicio para un vivir recogido de oración y de estudio.
Nos recibe el señor Director, don Juan José Aranzábal, tan conocido en el Colegio. Íbamos llevados por la curiosidad y él empezó a satisfacerla. Nos dijo que allí se estudiaba, y de firme, siguiendo los programas oficiales de Institutos, Normales y Universidad, con el fin de adquirir los títulos correspondientes que capaciten para la enseñanza. Los jóvenes estudiantes, una vez hecho su año de noviciado, reparten el día entre el estudio y la formación religiosa con los ratos de descanso, perfectamente entreverados, y sin descuidar la práctica del deporte. Y, efectivamente, admiramos un magnífico campo de fútbol y varios de baloncesto y balón-volea, e incluso una hermosa piscina ovalada.
Y paseamos por la hermosa finca, en parte cultivada y en parte dedicada a arbolado y pastos, donde rumían, pacíficas, las vacas.
Y nos detenemos en un extremo para rezar por los que descansan en el cementerio y cuyos nombres, muy conocidos en El Pilar, leemos en las lápidas mortuorias: D. José Alegre, D. Lino Esquível, D. Nicolás Lara, P. Francisco Martínez, P. Gregorio Martínez de Murguía, D. Pedro Ruiz de Azúa, D. Antonio Martínez, etc…
Los estudiantes están en recreo. Don Juan José llama a los «pilaristas» para que posen ante el fotógrafo, y yo aprovecho para «a solas, sin testigos», hacerles unas preguntas, las mismas, a cuatro de estos antiguos compañeros nuestros, a quienes no hace muchos años, nosotros en los primeros años de Bachillerato, entonces admirábamos en los deportes.
Nos intrigaba el cambio que había dado su vida y nos asombraba la alegría que exteriormente manifestaban. Parecían felices de verdad, y esa su actitud nos animó a hacerles, confiados, esas preguntas. Y ellos nos contestaron, sencillamente, amablemente, de compañero a compañero, como cuando en el solar nos contamos las incidencias del día de fiesta anterior. Por esta conversación nos enteramos de que el uno estudia Derecho, el otro Filosofía, éste ciencias físicas, aquél Naturales o Matemáticas; y conocemos sus aficiones deportivas y sus ánsias apostólicas. Como muestra, transcribimos a continuación algunas de sus respuestas.

Enrique Torres Rojas, nos dice:
-¿De qué promoción eres? De la de 1951.
-¿Con qué estudios entraste en el Noviciado? Pues tenía hecho un año de Derecho.
-Y ahora, ¿qué haces? Sigo con Derecho, y además he empezado Ciencias Políticas.
-¿Practicabas algún deporte en el «cole»? Hombre…, deporte…, deporte…, no. Pero jugaba en el solar a un juego de características no bien definidas…, como hacéis ahora, poco más o menos.
-¿Y actualmente? Me gusta jugar al baloncesto, sobre todo, pero con más afición que técnica.
-¿Tenías alguna relación con Soy Pilarista? Si, era cronista deportivo en aquellos tiempos de Marsal, García Montes, Bringas, etc… Hasta fui con El Pilar a Vitoria en plan de… cuentista.
-¿Qué tal pasas el tiempo? ¡Hombre, qué preguntita! Cosas que hacer nunca faltan: rezar, estudiar, ir a la Universidad, esperar al tranvía… Cada cosa a su tiempo y con la mayor alegría.
-¿Ves a los «profes» como cuando te sentabas en los bancos del Colegio? No. Ahora comprendo mejor y me doy cuenta de muchas cosas. Me hace mucha ilusión poder trabajar codo a codo con ellos.
-¿Y piensas ser «hueso»? Para deciros eso, tendría que preguntar primero a mis futuros «chavales» cuántas perrerías me van a hacer…
-¿Qué quieres que digamos a nuestros lectores? Pues que colaboren con Soy Pilarista para que sea la revista que merece nuestro «cole»: alegre, simpática y llena de afanes juveniles de superación.

Jesús Bringas, nos dice:
-¿De qué promoción eres? De la de 1952.
-¿Con qué estudios ingresaste? Con el examen de estado.
-¿Qué estudios haces ahora? Estoy haciendo la licenciatura en Filosofía Clásica.
-Practicabas algún deporte en el Colegio? Pues, sí; el fútbol y el atletismo, y dentro de esto, el salto de longitud.
-¿Y ahora? Sigo jugando al fútbol y al balón-volea.
-¿Tenías alguna relación con Soy Pilarista? La de un lector aficionado y simpatizante.
-¿Qué tal pasas el tiempo? Pues se pasa sin darse cuenta. Desde que ingresé en el Noviciado no sé qué es aburrirse. Rezar, estudiar, descansar…
-¿Ves ahora a los profes como cuando te sentabas en los bancos del Colegio? Pues hablando sinceramente, en algunos aspectos, no. Hace falta conocer la vida marianista para juzgar actitudes o hechos que de otro modo no se pueden comprender. Los que me parecían y eran «huesos», ahora ya no me parecen tanto ni mucho menos.
-¿Y tú piensas ser hueso? Pues aunque de Latín y Griego nunca he pensado ser hueso, sé por experiencia lo que supone para los alumnos un profesor al que no se le puede roer por ninguna parte.
-¿Qué quieres que digamos a nuestros lectores? Que siempre tengo una simpatía especial para con los compañeros más jóvenes que ahora ocupan los bancos, clases y patios que, no hace aún mucho, yo ocupé; y que a lo mejor un día podré hacer más manifiesto siendo yo su profesor.
Habíamos satisfecho nuestra curiosidad, no sólo reporteril, sino pilarista. Sabíamos que allí había unos cuantos «antiguos» y queríamos saber qué hacían.
Nos despedimos, agradeciendo a don Juan José y a todos aquellos simpáticos compañeros su acogida.
E. F.
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