Ya en las puertas de la Semana Santa, he pensado que era un buen momento para deleitarnos con algunas de las excelentes vidrieras que a principios del siglo pasado la casa Maumejean diseñó para la Capilla Gótica del colegio. En concreto, hoy quiero mostraros algunas de las vidrieras que están situadas en el ábside de la capilla y que representan los quince misterios del rosario. Y como no podía ser de otra forma, nada más adecuado para ayudarnos a vivir esta semana que contemplar los misterios dolorosos. Espero que os gusten las imágenes y que tengáis una buena Semana Santa.
La Oración en el Huerto
«Y apartándose de ellos como la distancia de un tiro de piedra, hincadas las rodillas, hacía oración. Diciendo: Padre, si es de tu agrado, aleja de mí este cáliz. No obstante, no se haga mi voluntad, sino la tuya. En esto se le apareció un ángel del cielo, confortándole. Y, entrando en agonía, oraba con mayor intención. Y vínole un sudor como de sangre, que chorreaba hasta el suelo.». Lc. 22, 41-44
La Flagelación
«Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos? Porque sabía que los príncipes de los sacerdotes le habían entregado por envidia. Mas los pontífices instigaron al pueblo para que pidiese más bien la libertad de Barrabás. Pilato, de nuevo les habló, y les dijo: ¿Pues, qué queréis que haga del rey de los judíos? Y ellos volvieron a gritar: ¡Crucifícale! Y les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Mas ellos gritaban con mayor fuerza: ¡Crucifícale! Al fin Pilato, deseando contentar al pueblo, les soltó a Barrabás, y a Jesús, después de haberle hecho azotar, se lo entregó para que fuese crucificado». Mc. 15, 9-15
La Coronación de Espinas
«Entonces los soldados del procurador, cogiendo a Jesús y poniéndolo en el pretorio, juntaron alrededor de él toda la cohorte. Y, desnudándole, le cubrieron con una clámide de grana; y entretejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y una caña en su mano derecha. Y con la rodilla hincada en tierra, le escarnecían, diciendo: Dios te salve, rey de los judíos». Mt 27, 27-29
Jesús con la Cruz a Cuestas
«Y llevándole, tomaron a cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús. Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí que vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que no criaron». Lc. 23, 26-29
La Crucifixión
«Le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado y en el centro Jesús. Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena; Jesús, viendo a su Madre, dijo: Mujer, he ahí a tu hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu madre. E inclinando la cabeza entregó el espíritu». Jn. 19, 18; 25-27, 30
abril 14, 2019 at 09:35
Don Juan: Maravilloso recordatorio de la Pasión que tenemos muy visto pero sin los detalles minuciosos que hoy nos presentas. Gracias nuevamente
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