De todos es bien conocida la relación entre la Casa Real y la Compañía de María. El rey Alfonso XII durante su exilio en Francia estudió en el colegio Stanislas de París dirigido entonces por los marianistas. Posteriormente, el infante D. Carlos de Borbón y Orleáns, tío de nuestro Rey Hemérito Juan Carlos I, fue alumno del colegio del Pilar de Madrid y presidente de honor de la Asociación de Antiguos Alumnos. Y finalmente, el propio Don Juan Carlos de Borbón fue alumno, también durante el exilio, de la Villa Saint Jean, el prestigioso colegio de los marianistas en Friburgo.
Pero lo que no es tan conocido es que el Rey Alfonso XIII a través de Don Juan Lóriga [1]-conde de Grove, secretario personal, hombre de confianza y jefe de estudios del Príncipe de Asturias- reclamó un profesor marianista para el heredero [2].

El 13 de Octubre de 1916, el Venerable Domingo Lázaro, a la sazón Provincial, escribía esta carta a la Administración General:
El 10 de octubre por la tarde, el señor Conde de Grove que nos conocía un poco, y que está encargado inmediatamente de la educación del Príncipe de Asturias, se ha presentado al Director de Claudio Coello [3] y le ha rogado que le señalase a alguien que pudiera encargarse de completar la enseñanza primaria del joven príncipe y de explicarle, ulteriormente, las diversas materias del bachillerato. El Director respondió al Sr. Conde que, por el momento no tenía a nadie a la vista, pero que consideraba un deber ayudarle a encontrar una persona competente y de toda confianza.
Pero el Conde rectificó inmediatamente la idea del Director. No se trataba de algún profesor de fuera; sino, pronto y bien, de uno de los nuestros pura y simplemente… Dijo que: «necesitaba un religioso marianista para acompañar durante algunas horas al pequeño príncipe Alfonso, hablarle y hacerle hablar francés y, al mismo tiempo, enseñarle algunas nociones prácticas de ciencias naturales, mientras se paseaba con él por los jardines de Palacio».

He aquí al pobre Domingo grandemente preocupado… y también a D. Clemente Gabel [4]… Sólo quedaba rezar, reflexionar y consultar en el acto, a los de casa y a los amigos de fuera en situación de aconsejarnos. Esto es lo que hemos hecho. Además de las personas que tenía a mi alrededor, he consultado al P. Juan Zaragüeta [5], muy bien visto en la Corte… Me parece que es el P. Zaragüeta el que ha dado la opinión más justa, más serena y más razonable que, sin acuerdo previo, resume las impresiones y opiniones de los amigos de la casa: «La propuesta, aunque les honra en gran manera, puesto que implica la confianza de la familia real, es una de esas propuestas que dejan perplejo y que, en el fondo, se querría que no se hubiera presentado. Rehusar no parece posible ni aconsejable»… Ayer, día de nuestra Señora del Pilar, el Sr. Director de Claudio Coello ha ido a Palacio y ha dado al Sr. Conde la respuesta parcialmente afirmativa que es esta:
«La familia [marianista] se siente muy honrada de que Su Majestad haya pensado y querido utilizar nuestros servicios. Su Majestad sabe, por otra parte, cuáles son nuestros sentimientos y nuestras disposiciones hacia su augusta persona y hacia toda la familia real. Por tanto, en principio, debemos y queremos ponernos a su disposición. A este propósito hemos pensado en uno de los miembros de la familia, actualmente ecónomo del Colegio –D. Eduardo Refrégier– de una cierta edad y que nos parece que tanto por su experiencia como por sus buenas maneras podría y sabría ser útil para la educación y la enseñanza de Su Alteza, durante las horas en que le sea confiado el joven Príncipe. Está claro, sin embargo, que el querido hombre, preparado para cumplir su papel pedagógico, no lo está para desempeñar el papel de cortesano: no tenemos todavía un noviciado para esta categoría de personas. Si va, irá simplemente y exclusivamente para esta misión».

El Sr. Conde respondió al Sr. Director que esto era lo que él solicitaba y no otra cosa… El Sr. Director preguntó cuales serían las horas y el programa preciso, a lo que el Sr. Conde respondió que estos detalles serían regulados por Su Majestad.
El Sr. Conde tocó la cuestión de los honorarios. El Sr. Director, de acuerdo con mis indicaciones, respondió que «él tenía orden de no tocar este punto y que se miraba, ante todo y principalmente el interés de la familia real». El Sr. Conde terminó diciendo que trasmitiría a Su Majestad toda la conversación y que Su Majestad se sentiría encantado de la lealtad y de la delicadeza de nuestra familia. Que, por otra parte, éramos ya bien conocidos y que actualmente nuestros establecimientos y nuestros métodos nos hacían ocupar el primer puesto en materia de educación.
Este es el estado del asunto. A señalar que Su Majestad, según lo que he oído, no es muy devoto de familias como nosotros, sobre todo de las antiguas. ¿Nos hemos equivocado? Con toda lealtad hemos decidido lo que nos parecía menos malo. Y en todo caso no hemos tenido a la vista más que nuestro deber y nuestra historia…

Un detalle que olvidaba. La Reina Madre, desde que iba a pasar el verano a San Sebastián, se cuidaba de tomar para el Palacio de San Sebastián un capellán religioso, diferente cada año para que el pequeño se familiarizase con la visión de todas las Congregaciones…
De Don Eduardo Refrégier poco más he podido averiguar, salvo que, como el propio Domingo Lázaro comenta en alguna de sus cartas, dio también algunas clases al Infante D. Carlos de Borbón y Orleans antes de entrar en el colegio. Años más tarde gracias a su nacionalidad francesa pudo obtener un visado y escapar de la persecución religiosa junto a otros ancianos marianistas entre los que también se encontraba D. Clemente Gabel. Ya nunca volvió a España, muriendo poco después de exiliarse, el 10 Octubre de 1937.
El Príncipe de Asturias renunció a sus derechos al trono en 1933 tras contraer matrimonio morganático. Enfermo de hemofilia, la mayor parte de su vida transcurrió en hospitales para morir finalmente en Miami en 1938 a consecuencia de las heridas sufridas en un accidente de tráfico.
Notas del Editor:
- Juan Lóriga Herrera-Dávila Taboada (Madrid 1853- Madrid 1929): Conde de Grove desde 1902, general de brigada del arma de Artillería, profesor, ayudante de campo y secretario personal desde 1908 de S.M. Alfonso XIII. Profesor y jefe es estudios del Príncipe de Asturias, Alfonso de Borbón y Battenberg, desde 1918.
- Alfonso de Borbón y Battenberg (Madrid 1907 – Miami 1938): Hijo primogénito de S.M. Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battengerg, Príncipe de Asturias y heredero al trono hasta 1933, cuando renunció a sus derechos dinásticos diez días antes de contraer matrimonio con Edelmira Sampedro y Robato. Padeció de hemofilia y sufrió numerosas operaciones y dolores terribles. Murió como consecuencia de una hemorragia interna provocada por un accidente al salirse de la calzada el vehículo que conducía. Sus restos reposan en el monasterio de El Escorial.
- Luis Heintz y Loll (Colmar 1886 – San Sebastián 1934): Gran aficionado a la espeleología, obtuvo el doctorado en ciencias el 11 de abril de 1908 en la Universidad Central, con la lectura de la tesis “Espeleología: estado actual de la espeleología, la espeleología en España, la espeleología en Álava. Fundador y director del colegio de Nuestra Señora del Pilar de Madrid desde 1907 hasta 1924. Director del colegio de los marianistas de Vitoria desde 1925 hasta 1930.
- Clemente Gabel, S.M. († Alsacia 1945): Director de primera enseñanza en el Colegio del Pilar e Inspector Provincial.
- Juan Zaragüeta y Bengoechea (Orio 1883 – San Sebastián 1974): Fue un filósofo, psicólogo, sacerdote católico y pedagogo español. Antiguo alumno del colegio marianista de San Sebastián. Para más información consultar en la Wikipedia
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