La semana pasada os había contado como el colegio ya no podía crecer más para dar cabida a la demanda de plazas de las familias de Madrid. Así que, el P. Domingo Lázaro y el resto de miembros de la comunidad se pusieron manos a la obra a la caza de un nuevo local que terminara de una vez por todas con los problemas de espacio tantos años sufridos.
En 1918 el padre de una de las familias del colegio les pone sobre la pista de dos terrenos junto al Parque del Retiro, aproximadamente en la calle Menéndez Pelayo esquina Sainz de Baranda, propiedad de la Marquesa de Bárboles, Doña Ana de Bertodano y de la Cerda, que están a la venta como un único lote. Así se expresa el P. Domingo Lázaro en una carta dirigida al Superior General:
«Los terrenos de que se trata no se han comprado aún, porque la gente ignora los planes del Municipio y porque la propietaria no lo vende sino en bloque. Un banquero ya les ha echado el ojo. La expansión de Madrid se orienta hacia esta parte: aquí se construyen magníficas edificaciones y este barrio será, en cuestión de cuatro o cinco años, el mejor de Madrid. A trescientos metros se construirá la estación del ferrocarril directo Madrid-Francia, y muy cerca se sitúa también una de las estaciones terminales del Metro subterráneo que estará terminado para 1919…
Tanto el querido Visitador como el Sr. Inspector [1] son del parecer de que hay que hacerle con urgencia esta propuesta. Uno y otro están encantados con el terreno y no querrían que se perdiera esta ocasión. «Incluso a cuatro pesetas el pie, me dice el Visitador, sería un buen negocio».»

Unos meses más tarde, ya en 1919, se producen los primeros acercamientos a la propietaria con la colaboración de D. Juan Clot -padre de dos alumnos del colegio, Ángel y Juan-:
«Así como antes nadie se había fijado en estos terrenos, ahora llueve sobre ellos un verdadero enjambre de pretendientes. Don Juan Clot visitó a la marquesa el 21 de enero. Salió de la entrevista persuadido de que había tres o cuatro pretendientes, y de que era urgente tomar una pronta determinación.
Clot insistió en que no estábamos dispuestos a dar más de 3,50 pesetas por pie. Ella dijo que por menos de 3,75 no lo cedía en absoluto; que tres pretendientes le pagaban 4, y otros, 4,50 y aun 5. Que el precio era una ganga y que nos diéramos prisa, pues no podía aguardar por más tiempo. Que nos arrepentiríamos de no haberlo comprado.»
Al día siguiente van personalmente a visitar a la marquesa el P. Domingo Lázaro, D. Juan Clot y D. Luis Heintz y se llega a un acuerdo:
«Viendo las cosas en esa tesitura, suspendí la discusión y dije a la marquesa que tomábamos definitivamente el terreno a 3,75 pesetas el pie. Ella aceptó, nos entregó los planos y nos dijo que determináramos una hora para entrevistarnos con su abogado y arreglar los pormenores del contrato… Si hubiéramos tenido 650.000 pesetas, ya estaría todo arreglado, pero… Ahora nuestro esfuerzo consiste en reunir esa cantidad, pero la cuesta del Calvario no es fácil de subir.»
En términos parecidos se expresa también Domingo Lázaro en una carta al marianista D. Louis Gadiou:
«El problema de Madrid parece estar en vísperas de una solución efectiva y relativamente ventajosa. Después de largos preliminares y a menos que sobrevenga algún imprevisto, vamos a tener una promesa de venta de un terreno magnífico y bien situado, que se podría vender inmediatamente a 2 pts. más el pie si el asunto no fuera demasiado bien. Haría falta un desembolso inicial de 200.000 pts. y después, algún tiempo después, otro de 400.000 pts. Usted ve que esta cuestión absorbe dinero, atención y lo demás. Rece. Probablemente mañana o pasado mañana iré a poner una firma… y todas estas negociaciones me tienen forzosamente recluido aquí: creo, sin embargo que dentro de poco podré liberarme.»
Como indicaba el P. Domingo Lázaro el problema sería ahora reunir una cantidad tan elevada, pero eso lo veremos la próxima semana.
Notas del Editor:
1.- Clemente Gabel.
Fuentes consultadas:
- La Simpatía en la Educación, Antonio Martínez García, 1954.
- Un alma de Educador, Antonio Martínez García, 1949.
- Domingo Lázaro, José María Salaverri, 2003.
- Epistolario de Domingo Lázaro, Enrique Torres Rojas, 2014.
Deja una respuesta