Hoy comparto con vosotros la crónica de la educación física y las competiciones deportivas del curso 1913-1914. Es curioso ver cómo en ese curso se empezaron a anotar la talla y algunas medidas antropométricas de los alumnos. Ahora ya no se realiza ese control, pero yo aún recuerdo pasar por la enfermería para el tallaje y la revisión anual con mis compañeros de clase.
En el apartado de competiciones deportivas vemos como comenzó la rivalidad entre El Pilar F.C. -creado un año antes por el beato Miguel Léibar– y el Areneros, el equipo del colegio de los Jesuitas de Alberto Aguilera (antiguo Paseo de Areneros). Espero que la disfrutéis.
VIDA FÍSICA
La característica de este año ha sido el interesar a los alumnos en su propio desarrollo corporal. A nadie le toca eso de más cerca que a esos señores; pero entre dedicar algún rato a la gimnasia a pasarlo jugando, ya se sabe por lo que opta la juventud. Siempre será de actualidad ese lamento plagiado del francés:
¡Si el joven supiera!
¡Si el viejo pudiera!

Pues para que cada cual pudiera seguir las fases de su desarrollo personal y juzgar de los efectos de la gimnasia sueca y de aparatos, se han tomado trimestralmente las medidas antropométricas de cada uno. Naturalmente, y para que lo pesado de la tarea no diera al traste con la innovación, se han reducido las medidas a las cinco más racionales: peso, talla, diámetro biacromial (que da en anchura lo que la talla en altura) capacidad pulmonar y dinamometría de las manos derecha e izquierda.
Las mediciones han arrojado curiosísimas observaciones que sería prolijo relatar aquí.
Basta indicar que un 94% han ganado en todas las mediciones y en proporciones que varían de 1 a 5 kilos en dinamometría. Un 6% ha quedado estacionario o poco menos en alguna de las medidas.

Sport.-Los equipos de foot-ball, tan valientes el año pasado y en tantos encuentros vencedores, han llevado vida lánguida durante la primera parte del curso. ¿Causa? La roturación del campo de la Guindalera, en el que se entrenaban los devotos del juego inglés. ¿Quién había de creer que la agricultura haría la contra al deporte?
Y vino un encuentro por sorpresa con el Colegio de los PP. JJ. de Areneros en el patio de este Centro. Derrota fue aunque honrosa, pero que hizo activar las pesquisas para la adquisición de un nuevo campo. No hay bien que por mal no venga, como diría aquí el saladísimo Sancho. Y el campo se encontró, aunque tarde, preparadito, merced a la oportuna defunción de la sociedad «El Español», y desde entonces los futuros colosos del «Pilar-club» reconstituido pudieron ejercitar cabeza, tronco y extremidades, barajando allí shoots, corner, offside, foul, penalty y otros barbarismos de moda.

Entre tanto, en los patios del Colegio se jugaron dos campeonatos de pelota. El primero entre los 3.°, 4.º, 5.° y 6.° años que terminó con el triunfo de los del 4.º con nueve puntos, y el segundo entre las diferentes secciones de 1.° y 2.° años, saliendo vencedores los chiquillos de 2.° B, con nueve puntos también. Bien ganadas tenían sus respectivas copas así como la sabrosa merienda con que se obsequió a los teams sobresalientes. Pero ¿cómo celebrarían los pacíficos vecinos de la calle de Claudio Coello el final de tantos encuentros, que atronaron durante quince días los ecos del barrio?
Deja una respuesta