La Iglesia Católica dedica tradicionalmente el mes de Junio al Sagrado Corazón de Jesús, por esta razón hoy os voy a contar una historia. Aunque los alumnos más jóvenes lo ignoren, durante décadas la escalera de honor del colegio estuvo presidida por una bellísima imagen, posiblemente de la escuela de Olot, que representaba a esta advocación. Antes incluso de la Guerra Civil ya había una imagen -quizás la misma- en el escalera, como se puede apreciar en algunas fotografías de la época.

Señoritas de la Juventud Antoniana. Blanco y Negro del 26 de junio de 1933.
Señoritas de la Juventud Antoniana. Blanco y Negro del 26 de junio de 1933. Fuente: Archivo privado del autor.

El Sagrado Corazón acogía con sus brazos abiertos a todos los alumnos que entraban por la puerta y protegía todo el colegio.

Sin embargo, un buen día algún director pensó que la imagen estaba pasada de moda y decidió trasladarla hasta un rincón olvidado en el tercer piso, donde viven los pocos marianistas que quedan en el colegio. Algunos religiosos protestaron por la decisión e incluso se llegó a formular una terrible predicción, que se ha cumplido desde entonces: «No volverá a haber una vocación religiosa en el colegio hasta que vuelva el Sagrado Corazón a la escalera principal». Nadie hizo caso, «cosas de viejos» -pensaron.

Imagen del Sagrado Corazón de Jesús en 1943.
Imagen del Sagrado Corazón de Jesús en 1943.

Pasaron los años y los alumnos se fueron olvidando de Él. El colegio dio la espalda a la imagen, salvo un marianista (ocultaré su nombre) que casi en secreto acudía de vez en cuando a rezarle y a rendirle culto. Le encendía alguna vela, le quitaba el polvo y rezaba durante unos minutos a sus pies.

Fotografía de 1957 de la magnífica imagen que presidió durante muchísimos años la escalera de honor del colegio y que desgraciadamente desde hace un par de años ya no pertenece al Pilar. En la fotografía: Enrique Martínez-Cubells Cendra, José María Navarro, Miguel Gómez de las Cortinas, Miguel Ruiz del Árbol y Francisco Javier Cayón Cuarental.
Fotografía de 1957 de la magnífica imagen que presidió la escalera de honor del colegio. En la fotografía: Enrique Martínez-Cubells Cendra, José María Navarro, Miguel Gómez de las Cortinas, Miguel Ruiz del Árbol y Francisco Javier Cayón Cuarental.

Llegó un día en que el tercer piso del edificio debía ser ocupado por los alumnos y desalojado por los escasísimos religiosos que aún vivían en el colegio. Era necesario vaciar todo ese espacio y deshacerse de los «trastos» que habían quedado olvidados. Entre esos objetos abandonados estaba la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.

La Asociación de Padres de Alumnos, al conocer los planes de la dirección, intentó recuperar la imagen y salvarla de un destino incierto y alejado de la vista de los niños. Se ofrecieron a costear la restauración y a cubrir todos los gastos con tal de que el Sagrado Corazón volviera a recibir culto en el colegio. Se puso en contacto con la administración del colegio, con el director general y con el superior de la comunidad. Todos ellos les fueron dando largas. Unos decían que la decisión la tenía que tomar el consejo escolar, otros que la comunidad religiosa,… Así fueron pasando las semanas hasta que un buen día al interesarse por el estado de la imagen les dijeron que el Sagrado Corazón ya estaba muy lejos del colegio. Había sido regalado a una comunidad de monjas.

Imagen del Sagrado Corazón de Jesús que presidió durante muchos años la escalera de honor del colegio y que en el 2019 fue entregada a un convento de monjas.
Imagen del Sagrado Corazón de Jesús que presidió durante muchos años la escalera de honor del colegio y que en el 2019 fue entregada a un convento de monjas.

Mientras, aquel religioso que acudía siempre puntual a rezar a sus pies no había sido ni siquiera informado por sus hermanos de comunidad. Fue el propio presidente de la Asociación de Padres de Alumnos quien le dio la triste noticia. Una lágrima brilló en sus ojos. Todos sus esfuerzos habían sido infructuosos. La decisión había estado tomada desde el principio con una curiosa justificación: «Esas imágenes ya no despiertan devoción».

El que suscribe era y aún es el Presidente de la Asociación de Padres del colegio.