Como ya es tradición desde que se inició este blog, dedicamos el mes de Noviembre a honrar a nuestros compañeros fallecidos. Estas notas necrológicas nos dan una idea de la altísima mortalidad infantil, que alcanzaba a todas las clases sociales.
En esta ocasión, recordamos a los dos hijos de los condes de Limpias, ambos de la promoción de 1921; y a Luis Parrella, promoción de 1917, hermano de los también pilaristas, Enrique Parrella, promoción de 1916, asesinado en Paracuellos durante la Guerra Civil; y de Rafael Parrella, de la promoción de 1923.
Rogamos una oración por todos ellos.
NECROLOGÍA
Tenemos que señalar al recuerdo y a las oraciones de nuestros lectores, tres alumnos fallecidos en el curso de este año escolar.
El primero que Dios llamó a sí fue Manuel del Rivero y Aguirre de Tejada, de la clase de párvulos. Quince días después, su hermanito Ramón, víctima de una meningitis, fue a juntarse a él, allá en los cielos en el lugar reservado al candor y a la inocencia. Sus atribulados padres y el Colegio, cuentan con una doble intercesión tan eficaz como lo son siempre cerca de Dios los corazones puros de los niños.
Esta perspectiva, que ofrece la fe cristiana es la única que puede servir de bálsamo en tan ruda prueba, sobre todo tratándose de niños tan expansivos, tan cariñosos, y que hacían concebir por su aplicación, y a pesar de sus cortos años, tan halagüeñas esperanzas.
Luis Parrella y Conde y Luque, ha muerto el 16 de Mayo, en Pozuelo, adonde se había trasladado en busca de la vida del campo, último y casi desesperado recurso para restaurar su organismo tan arruinado por la leucemia. Deja tanto en el seno de su familia como en el Colegio, y más particularmente entre los alumnos de 2.º año, el recuerdo de un hijo modelo de piedad filial, de un alumno aplicadísimo, de un compañero siempre complaciente y amable, sobre todo de un joven piadoso.
Tan buenas prendas le habrán merecido una amorosa acogida por parte de Nuestra Señora del Pilar, a la que dirigió en vida tan fervientes plegarias.
Rogamos a nuestros lectores tengan presentes en sus oraciones a los que fueron en vida sus compañeros de Colegio y los aguardan en el cielo desde donde ejercen valiosa intercesión por sus padres y compañeros.
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