Esta semana volvemos a la revista Recuerdos del curso 1913-1914 para leer la crónica de los ejercicios espirituales que según era tradición en los colegios marianistas se hacían a principio de curso. En 1913 la novedad fue la predicación por parte de un sacerdote no perteneciente a la Compañía de María.

Los ejercicios espirituales junto con la celebración de la eucaristía diaria y otras prácticas de piedad que se desarrollaban a lo largo del curso, constituían la base de una religiosidad sincera y profunda que impregnaba el alma de los estudiantes y de toda la familia escolar. Espero que disfrutéis de la crónica.

Ejercicios espirituales.


Como el año pasado, y en condiciones idénticas, se han dado los ejercicios espirituales en el Colegio.

Capilla de 2ª Enseñanza en Claudio Coello 41.
Capilla de 2ª Enseñanza en Claudio Coello 41.

Debían clausurarse con la simpática y españolísima fiesta de la Inmaculada Concepción; pero ocurriendo esta solemnidad en lunes, y vista la dificultad de reunir a los alumnos en domingo para realizar las prácticas de los ejercicios, se dispuso terminar este último día con una Comunión general a la que todos asistieron para sellar con ella las resoluciones adoptadas, y para solicitar la energía cristiana necesaria para convertirlas en realidades visibles y palpables.

El Predicador P. Julio Le Berre, de los SS. CC. de Jesús y María, que conoce de cerca a la juventud y ha sondeado sus necesidades y sabe «llevarle el aire», se hizo en extremo interesante, tanto por la elección de los asuntos, como por la forma amena, natural, llena de viveza; por los relatos que cautivaban la atención, y sobre todo por la unción, el tono convencido y el afecto demostrado a su auditorio.

Y esas pláticas que, hechas a conciencia, exigen un trabajo serio de preparación y consumen las fuerzas, se repetían en forma variada para los más jóvenes, sin que aparecieran muestras de cansancio en el orador, a quien daban alientos su celo y su excesiva amabilidad.

Capilla de 1ª Enseñanza en Goya 16.
Capilla de 1ª Enseñanza en Goya 16.

No necesitamos hacer público nuestro agradecimiento en estas líneas; harto sabe el Padre Julio que cuenta con nuestra sincera gratitud; y le servirá de recompensa a sus desvelos y a su actividad sacerdotal, la esperanza, que para el Colegio se ha convertido en seguridad, del mucho bien realizado.