Este domingo recordamos un artículo publicado en la revista Recuerdos del mismo curso 1914-1915 que versa sobre los compañeros del colegio y la forma en la que nos relacionamos con ellos al dejar atrás el bachillerato.

Su autor es Francisco Sánchez Gómez, de la promoción de 1914, que colaboró con Pedro Nolasco de Soto en la redacción de La Proyección. Como puede imaginarse el lector, con esos apellidos es prácticamente imposible poder averiguar algo de su biografía con una mínima fiabilidad. Espero que os guste el artículo.

LOS AMIGOS DEL COLEGIO

Mi querido D. Luis: Me ha pedido usted un artículo, lo cual de seguro no hubiera hecho de saber el apuro en que me iba a colocar. Y ¿de qué escribo yo? ¿Qué quiere usted que le cuente?

Y ¡cómo me acuerdo, señor Director, de los pequeños incidentes de la vida de Colegio, ahora que terminado el bachillerato, esa famosa piedra de toque, empieza la verdadera lucha por la vida! Y cuando se agolpan con más fuerza esos recuerdos en mi mente, viniendo vaporosos a condensarse en una imagen vívida y real, es cuando tropiezo con algún antiguo compañero de Colegio. He dicho alguno, pues no se puede decir con cualquiera a causa de la diversidad de ideas, gustos y tendencias. Otros hay que por diferencia de carácter o por cortedad ni los saludamos siquiera. Componen la clase siguiente aquéllos a quienes aunque se ofrezca la ocasión de hablarles, no se les saluda sino con fugaz ¡hola! o con evasivo ¡adiós! También los hay a quienes se habla, pero nimiedades, tonterías, como del tiempo, del espectáculo que se está presenciando, o bien se les pregunta por algún amigo o conocido y… nada más; así, de cumplido, como para salir del paso.

Y ahora vienen los amigos de verdad: siente uno alegría al encontrarlos, se les saluda afectuosamente, se les gasta alguna inocente bromita y se habla con ellos un buen rato. Aunque no son amigos íntimos, por impedirlo un género de vida tan distinto que dificulta el tratarse con mayor frecuencia, son de los que se califican con propiedad de amigos. Sin llegar a la intimidad, se les puede confiar una desdicha o pedir un favor con la seguridad de que no le faltan a uno.

Bachilleres del curso 1913-1914.
Bachilleres del curso 1913-1914.

Llega por fin la categoría de los que la gente llama íntimos, de aquellos amigos con los cuales se congenia, con los cuales se vive en comunión de ideas, a quienes consagramos nuestro aprecio y nuestro cariño. De estos puedo decirle, D. Luis, que amigos que se llaman íntimos, por los cuales se aceptan todo género de sacrificios con tal de conservarlos, se tienen en la vida dos a lo sumo.

Pero, querido Director, siento que me voy poniendo serio. No puedo escribirle el artículo que tenía pensado por no estar al alcance de un bachiller de la última hornada. Iba a resultar una cosa un poco prematura y fuera de lugar para publicarla en ese librito, que debe ser alegre y sonoro como destinado a niños, y no grave y cejijunto como una disertación metafísica. Prefiero que por esta vez se me tache de superficial; para años venideros le prometo a usted algún otro artículo que tenga más pies y cabeza que el presente. Ahora me veo, pues, obligado a declararle que me es imposible complacerle, y si no está usted conforme con mi comportamiento, ande, póngame tercer grado o boletín.

FRANCISCO SÁNCHEZ.