Recuerdos del Pilar

No es la primera vez que hablo sobre los periódicos colegiales que en estos primeros años satisfacían las inquietudes emprendedoras de los pilaristas (Ver Un pionero olvidado, La Proyección y El fin de La Proyección), y que tan ilustres profesionales dieron posteriormente a España.

En esta ocasión, el autor del artículo hace una breve crónica de las publicaciones que han aparecido a lo largo del curso, y que en su mayoría tuvieron una existencia bastante efímera. En mi colección particular conservo un ejemplar de La Proyección pero, salvo ese documento no he podido nunca acceder a otras publicaciones. Hace tiempo me informaron de que existía en el archivo del colegio una caja donde se conservaban todas esas revistas. Pero aunque la he solicitado insistentemente y, me consta que se ha buscado, todo me hace temer que ya haya desaparecido para siempre.

En las dos próximas semanas publicaré algunos de los artículos que RECUERDOS rescató de El CBDO y El Gatito. Por último, homenajear a estos pioneros que iniciaron las publicaciones estudiantiles en el Colegio del Pilar y en especial al malogrado José Cañedo González-Longoria (Pepito Cañedo), director de El Gatito, que falleció en 1929 en accidente de aviación siendo Teniente de Artillería. Y también a Alfonso Bernáldez Ávila, gran dibujante, magistrado y delantero del Real Madrid. Ambos pertenecientes a la promoción de 1918.

Lluvia de periódicos.

«¡Qué alegría! ¡Ya salió! ¡Por fin! Yo que hasta entonces había estado leyendo los RECUERDOS del curso pasado y había llegado hasta aquellas líneas que decían, hablando de La Proyección: «Esperamos además fundadamente que el curso próximo habrá en el Colegio un digno sucesor de La Proyección.» ¿Quién iba a pensar que ese digno sucesor iba a ser El CBDO.
LUPO.»

Que ¿quién es ese señor CBDO? Todo un periódico que se expresaba en tales términos en su número del 8 de Fe-brero.

Nacido de humildísimos principios, informe cual la gelatina que le servía de imprenta, comenzó su vida entre chacotas y sin más cuidados que los que les prodigaban sus directores de tercer año: A. Aguilar [1], J. Lascoiti [2], M. Pastor [3] y A. Ramos [4]. Pero el tiempo se encargó de fortificarle. Ya por Febrero se vistió de largo, queremos decir con caracteres de imprenta; y una vez talludito pasó a manos de los alumnos de sexto año, en cuyas manos acabó sus días allá por Semana Santa, sin ver ninguna Pascua de Resurrección.

No se vaya a creer que por eso quedase el Colegio sin un órgano periodístico. Por entonces hacía las delicias de la gente menuda otra publicación casi exclusivamente sostenida por José Cañedo. Su revista («madrileña por derecho natural», pues se titula El Gatito), ha logrado mantenerse hasta la fecha, a pesar de todas las competencias y contratiempos. Es mucha constancia la de Pepito Cañedo. ¡Lástima grande que, salvo rarísima excepción, tengan cabida en su periódico, de ordinario, largas disquisiciones tauromáquicas!

Aparte las dos publicaciones citadas, han existido otras que no alcanzaron vida tan próspera y que nunca pasaron los umbrales de una imprenta: El Colegial, dirigido por Alfonso Bernáldez, casi exclusivamente gráfico; Los Alumnos, Pequeñeces, etc.

Un detalle curioso que indica hasta dónde debía ser estimado el ejercicio de periodista. El Colegial feneció por las notas insuficientes que obtuvo en cierta semana su director.

En la imposibilidad de citar todo lo verdaderamente notable de estas publicaciones, nos limitaremos a entresacar algunos trozos indicando su procedencia. (Continuará las próximas semanas)

Notas del Editor:

1. Alfonso Aguilar Gómez-Acebo: Promoción de 1918. Hijo de los Condes de Aguilar.
2. José Fernández-Lascoiti Zulueta: Promoción de 1918. IV Marqués de Álava, IV Vizconde de Casablanca, III Barón de Spínola, III Barón de la Andaya, II Conde pontificio de Lascoiti.
3. Manuel Pastor Mendivil: Promoción de 1918. Ver La última victoria del Cid.
4. Alejandro Ramos García: Promoción de 1918.